La administración del actual presidente de Estados Unidos, Donald Trump dio un golpe certero a la neutralidad de internet que su antecesor, Barak Obama defendió pese a la resistencia de algunos proveedores del servicio.
Este 23 de abril, entrará en vigor una reforma respaldada por la Comisión Federal de Telecomunicaciones (TCC por sus siglas en inglés) de Estados Unidos, implica otorgar facultades a quienes ofrecen servicios de internet fijo que modificará la forma en que navegamos.
En diciembre de 2017, se habló de una compañía portuguesa de servicio de internet que se llama MEO con una tabla de servicios de internet segmentados por paquetes como: “Redes sociales” (Facebook, Twitter, Instagram, Snapchat, LinkedIn y Pinterest), por ejemplo.
Poco después, la compañía hizo un comunicado en el que aclaraban que el costo de los servicios, era un extra para sus usuarios que podían extender a sus smartphones. Sin embargo, esta similitud explica de lleno cómo podrían ser los paquetes contratados de internet, si las empresas en cualquier parte del mundo, se ciñen a la reforma aceptada en Estados Unidos.
¿Te parece caro lo que pagas por datos celulares?, internet sin neutralidad podría costarte lo mismo.
¿En qué consiste el fin de la neutralidad?
Este primer paso brinda a las empresas la facultad para decidir sus tarifas. Bien pueden seguirte vendiendo una suscripción mensual por una velocidad (aunque tenga sus fallas), o decidir implementar un servicio en el que sus patrocinadores gobiernen.
Es decir, que te cobren por paquetes para ver Netflix y Youtube por un costo adicional, si no lo contratas, los tendrás limitado o no podrás utilizarlos. Lo mismo para tu Facebook, Twitter, Instagram y LinkedIn, o para tu periódico online favorito, podrán cobrarte casi por los datos o servicios que quieras utilizar indistintamente.
Esto elevaría los costos de las tarifas, posiblemente en un grado similar al que muchas compañías telefónicas ofrecen para tu plan de datos celulares, y lo sabemos, puede llegar a ser muy costoso, una tarde de Netflix o jugar online en tu consola, podría convertirse en un lujo que pocos estarán dispuestos a costear.
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